viernes, 25 de agosto de 2017

Cara y Sello. Entrevista Luis Eduardo Castellanos y Juan David Arias


Entrevista Cara y Sello

Luis Eduardo Castellanos es violonchelista. Lleva más de 40 años en la Sinfónica  y es uno de los músicos más antiguos de la Orquesta. Por su parte, Juan David Arias es flautista, ingresó en enero del 2017 y es el músico más reciente de la familia sinfónica.

                                                                                                                                             Foto: Karen Maldonado

Hoy conoceremos las dos caras de la moneda a través de sus visiones y experiencias.

La Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia agrupa más de 70 músicos. Cada uno da un aporte esencial desde su profesionalismo y su carácter para que esta importante entidad pueda ofrecer conciertos de la más alta calidad.

Se presentan aproximadamente 70 músicos por concierto, es decir 70 historias de vida más allá del traje formal de los eventos. Conocer quién está detrás de cada instrumento permite entender  cuál es el color que cada músico ofrece en su interpretación y conocer quiénes integran a esta querida y respetada entidad musical.

La Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia es una entidad que promueve la música y la formación musical, que conserva talentos y descubre jóvenes potenciales. Un lugar donde llegar y donde quedarse.

En esta oportunidad, en nuestra sección Cara y Sello, continuamos con nuestro propósito de acercarnos al mundo de los integrantes de la Orquesta, razón por la cual hablamos con Luis Eduardo Castellanos  y Juan David Arias, dos músicos que precisamente  viven la Orquesta desde diferentes perspectivas.

La forma como cada uno se convirtió en músico y llegó a la Orquesta es una historia de contrastes, no solo por la diferencia generacional sino también por sus historias de vida que amablemente comparten en esta entrevista que se acerca a su mundo, a sus recuerdos y cómo no, a sus consejos.

¿Cuándo supo que quería ser músico?

Luis Eduardo Castellanos: Soy el único músico de la familia, estudié en un conservatorio de Ibagué, Tolima, al cual ingresé a último momento, a los 12 años, sin saber que esto definiría el resto de mi vida. Tuve un gran profesor llamado Cuarto Testa, italiano, quien fue fundamental en mi proceso de crecimiento, me motivó desde el principio, lo que es muy importante porque es el mayor incentivo para seguir y lo que aparentemente era temporal se convirtió en un “quiero quedarme acá”, hasta que me hice músico.

Juan David Arias: Bueno, yo realmente desde muy pequeño estuve ligado a la música, puesto que mi mamá es cantante, entonces por aprendizaje, al verla cantar, comencé a acercarme a la música, fue mi primera interacción con ella.

¿Ella es cantante de qué?

Ella es cantante empírica, pero es súper afinada. No tiene ningún género definido, no es cantante lírica ni nada, simplemente canta música normal, música comercial, pero ese fue el ejemplo que tuve desde pequeño; verla cantar y así fue que comencé yo en la música.

¿Cómo llegó a su instrumento?

LEC: Como venía diciendo, yo era muy pequeño, no era muy alto ni corpulento, mi profesor Cuarto Testa me dijo que con esa contextura que tenía podría manejar algunos instrumentos que venían en medida más pequeña para la iniciación de los niños, me dijo que había un violonchelo que se podía recuperar y fue así que inicié.

JDA: Yo estudié en un colegio en Manizales que tenía banda musical de vientos. Mi mamá era profesora en ese colegio e inicialmente entré a estudiar ahí por mi mamá. Desde que entré tuve la inquietud hacia la banda, como era tan pequeño, estaba en tercero de primaria, no pude ingresar porque todos los instrumentos eran grandes para mí, ya cuando estuve un poco más grande, logré entrar.

Quería ser trompetista porque era un instrumento llamativo para mí, sin embargo, lo primero que me dieron al llegar a la banda fue una caña de oboe, no tuve mucho “feeling” con el instrumento porque ni siquiera sabía qué hacía, pero el destino me puso junto a los flautistas y así aprendí a conocer el instrumento. Cuando solicité el cambio de instrumento no había vacantes y casualmente había una persona que quería tocar saxofón, un saxofonista que quería tocar oboe y yo, el oboísta, quería tocar flauta, así fue que pude acercarme al instrumento por primera vez.

¿Cómo llegó a la Orquesta?

LEC: El objetivo en esa época era aspirar a tocar en la Orquesta Sinfónica porque la carrera como solista era muy complicada, yo pensaba en salir a estudiar a otra parte, fuera del país, pero justo en ese momento había una vacante para violonchelo en la Sinfónica, tenía 20 años entonces y mi profesor, con el que me había estado preparando durante las vacaciones, me preguntó si estaba interes ado y ya que nos habíamos estado preparando, le dije que sí y me vine para Bogotá, presenté el examen, ingresé y me quedé acá en la Orquesta.

JDA: Yo tuve algunas intervenciones en la orquesta mientras estudiaba;  estudié en Bogotá y alcancé a ser músico supernumerario en 2012 y 2013. La Orquesta abrió esa posibilidad gracias a una convocatoria, esa fue la primera vez que estuve con la Orquesta Sinfónica Nacional. Después me fui a vivir a Manizales de nuevo a tocar en la Sinfónica de Caldas. Estuve allí cuatro años y en cuanto me enteré de que habían abierto convocatoria para esta orquesta comencé a prepararme un montón, fue un proceso muy bonito y afortunadamente las cosas se dieron para poder ahora mismo ser parte de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia.


¿Qué es lo más difícil de ser parte de la Orquesta?

LEC: Creo que lo más difícil para uno como músico es no ser egocéntrico e idólatra, uno piensa más en función de uno mismo. Dadas esas razones, lo más complicado es perder la individualidad, pero a la vez conservarla, porque también es parte del temperamento del músico, es necesario para la profesión estar convencido de lo que haces, si no lo estás, es difícil convencer a otros y de eso se trata ser músico, ofrecer un discurso que es musical, con una intención muy fuerte para convencer a las personas que están escuchando.

JDA: Bueno, a nivel musical la exigencia es alta, digamos que el repertorio que exigen tiene una complejidad técnica y desde ese aspecto el hecho de mantenerte en forma es lo que siempre cuesta, es decir, debes estar de manera constante practicando con tu instrumento. Eso es lo más complejo.

¿Qué es lo más gratificante?

LEC: Hacer música. La respuesta del público cuando uno hace conciertos, y aquí en Colombia, donde hace falta una cultura musical más desarrollada, llegar a personas a través de giras o en diferentes escenarios como el Teatro Colón, el Julio Mario Santo Domingo, Auditorio Mario Laserna o el Auditorio Fabio Lozano, entre otros y ver su cara de asombro y felicidad, de sorpresa y entusiasmo es algo muy bueno para uno como músico, es satisfactorio. Vuelvo un poco a lo que decía antes, alimenta el ego y la vanidad.

JDA: Lo más gratificante lo vivo constantemente, llevo muy poco en la Orquesta, pero lo que he sentido en cada concierto me llena de mucha alegría. La orquesta es muy, muy buena y toca repertorios demasiado interesantes, como te digo, yo soy enamorado de la música, la posibilidad de tocar sinfonías semanalmente es lo que me llena de mayor felicidad.

¿Cuál sería su consejo para los músicos jóvenes que sueñan con ser parte de una orquesta?

                                            Foto: Karen Maldonado
LEC: Los muchachos que están estudiando música están abordando una profesión muy bonita, una profesión que es de verdad, sería bueno que muchas personas se interesaran, pero requiere disciplina y esto es lo más importante para alguien que comienza; la disciplina. Todas las profesiones requieren disciplina, pero la música es más exigente. Si no se tiene esa disciplina es muy difícil lograr algo importante, sin importar el talento que se tenga. Es que la música es como el canto, uno canta sin ser profesional, lo goza, lo disfruta, es algo que sale de uno, así mismo tiene que ser la música. Vivirla con naturalidad, con esa frescura que se tiene que vivir obviamente, repito, respaldado por el trabajo y la disciplina.

JDA: Bueno, realmente es posible, muchas veces se suele pensar que estar en una orquesta de primer nivel como la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia es algo lejano, pero es más una cuestión de convicción, de que sí se puede lograr. Obviamente, el camino no va a ser fácil, como todo en la vida, pero lo importante es que se mantengan constantes y tengan claro a dónde quieren llegar, si es el caso de pertenecer a la Orquesta Sinfónica Nacional, que lo tengan siempre claro. Hay que estar muy enfocado para lograr lo que quieres, como te digo, es un proceso difícil, complicado, pero no imposible, es como una manera cliché pero verídica:  si te esfuerzas, lo logras.



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